El proceso deglutorio (o acto de tragar) va más allá de las acciones musculares de la faringe, siendo el resultado de una serie de componentes neurológicos centrales y periféricos.
La disfagia es la alteración de la seguridad y eficacia del proceso deglutorio que dificulta el correcto paso del alimento/saliva desde la boca hacia el estómago
Las personas que presentan disfagia, tienen mayor riesgo de desnutrición, deshidratación y neumonía por aspiración pulmonar
El conflicto principal, es que los signos de la disfagia suelen estar normalizados, las personas no se dan cuenta, y no se detecta a tiempo para prevenir sus consecuencias.
Cambios propios de la edad o presbifagia, sobre 65 años ya se empieza a afectar la deglución (entre 13 a 30%)
Alteraciones neurológicas: Enfermedades agudas como ataques vasculares (30 a 65%), TEC o traumatismo encefalocraneano (26-42%). Otras enfermedades neuromusculares como enfermedad de Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiples, Miastenia gravis etc. Enfermedades progresivas como demencia(13-57%) o deterioro neurocognitivo menor
Cáncer de laringe o de cabeza y cuello que han estado con radioterapia.
Disfagia adquirida en UCI, se da en personas que previamente tenían indemnidad deglutoria, pero que, por causas propias de la hospitalización como ventilación mecánica, intubación, días de inmovilización, sedación u otras, producen alteraciones deglutorias.
Enfermedades respiratorias crónicas, (EPOC u otras) ya que se altera la coordinación entre la deglución y respiración, entre otros, lo cual, favorece el paso del contenido al pulmón.